La terapia antibiótica ha sido crucial para controlar enfermedades infecciosas y mejorar así el bienestar animal y la salud del consumidor final, siendo considerada, junto con las vacunas, los avances científicos que han salvado más vidas en la historia de la humanidad.
Sin embargo, la aparición y creciente evolución de las resistencias de las bacterias a los antibióticos –resistencias antimicrobianas– han implicado la limitación del uso de antibióticos, tanto por una menor efectividad como por una mayor restricción legal.
Imagen macroscópica de las placas de lisis de fagos frente a un cultivo de E.Coli ( CECAV )
Así, y en el marco de One Health –la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten–, la búsqueda de alternativas para controlar las poblaciones bacterianas es un reto clave al que se enfrenta la sanidad animal y la medicina humana del siglo XXI.
Una alternativa cada vez más estudiada es la terapia fágica o fagoterapia. A pesar de no ser una alternativa novedosa –se descubrió con anterioridad a la terapia antibióticaquedó marginada gracias al éxito de la antibioterapia.
¿Qué son los fagos?
Los bacteriófagos –o fagos– son los microorganismos más abundantes en la naturaleza. Se conocen miles de ellos, y cada año se describen cientos nuevos, esto hace de los bacteriófagos el más amplio grupo de virus conocido. El 96% de los bacteriófagos conocidos pertenecen a 3 familias: Myoviridae, Podoviridae y Siphoviridae, todas ellas pertenecientes al orden de los Caudovirales, virus con cola.
Imagen al microscopio electrónico de 4 fagos de la familia Myoviridae activos frente a Salmonella (CECAV)
¿Por qué pueden ser útiles para controlar enfermedades?
El potencial uso de los fagos para el tratamiento de enfermedades infecciosas se describió por el franco-canadiense Félix d´Hérelle en 1917, durante sus investigaciones sobre disentería en soldados ses de la I Guerra Mundial, cuando el término “bacteriófago” fue presentado por él en el Instituto Pasteur de Paris. Así, desde su descubrimiento a principios del siglo XX, se han venido empleando en la medicina humana para tratar infecciones.
Sin embargo, el uso efectivo y generalizado de los antibióticos tras la II Guerra Mundial, junto con las dificultades tecnológicas de estandarización para demostrar resultados concluyentes y el desconocimiento de su biología y farmacodinámica, condujeron al abandono de la fagoterapia, con la excepc...