Aunque con ligero descenso en los últimos años, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte tanto en España como en los países de nuestro entorno.
Esta circunstancia determina en buena medida el interés en las últimas décadas de los profesionales de la salud, y de la población general, por el desarrollo de nuevas técnicas en el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades y por la prevención, tanto primaria – medidas aconsejadas para prevenir la enfermedad –, como secundaria – medidas cuando la enfermedad ya ha sido diagnosticada-.
En uno y otro caso las medidas que deben tomarse se basan en dos pilares fundamentales: una dieta apropiada y ejercicio físico, que conjuntamente pueden contribuir a controlar un buen número de factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
Queremos destacar en estas líneas el papel que juega el consumo de huevos en el contexto de una dieta variada y equilibrada, como es la conocida Dieta Mediterránea.
¿De dónde viene el falso mito del huevo y el colesterol?
Llama la atención que sean aún hoy motivo de controversia la inclusión de huevos en la dieta y las recomendaciones de consumo, cuando disponemos de suficiente evidencia científica para responder. Y sobre todo ¿Por qué no cambiamos de opinión aunque nos muestren que estamos equivocados?
Las restricciones al consumo de huevos surgieron tras la publicación del famoso “Estudio de los siete países” en 1980, que concluyó acertadamente que el consumo de grasas saturadas aumentaba el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Pero también se dedujo (erróneamente, como pudo demostrarse más tarde) que todas las grasas debían ser igualmente nocivas para la salud, y por ello era recomendable evitar o reducir el consumo de alimentos ricos en grasas, los huevos entre otros.
Esta publicación coincidió en el tiempo con varios estudios clínicos que concluían que la ingesta de huevos no se acompañaba de aumento del riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. Desde entonces se han realizado infinidad de estudios, alguno de ellos fundamentales, que coinciden en esta conclusión y que comentamos brevemente.
Sin pretender hacer una extensa revisión bibliográfica del tema, citaremos algunos de los trabajos más conocidos y aceptados por la comunidad científica y que han sido básicos para posteriores consideraciones y conclusiones. Resumimos brevemente las conclusiones tanto de los estudios individualizados como de los metaanálisis. A ...